Por: Diómedes Núñez Polanco
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El pasado 23 de abril, se celebró el “Día del Libro, la Biblioteca y el Bibliotecario Dominicano”, dedicatoria instituida desde 1979. También se celebra el “Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor”, desde que fue aprobado por la UNESCO, el 15 de noviembre de 1995, con el objetivo de fomentar la lectura y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
También ha sido tradición que la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo se iniciara en esa fecha pero, esta vez, se abre en la noche de hoy, y concluirá el 5 de mayo.
Es en el marco de estas celebraciones que el Ministerio de Cultura, la Dirección General de la Feria Internacional del Libro y la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, como propuesta de la directora general de la Feria, Ruth Herrera, entregan el reconocimiento al Bibliotecario o Bibliotecaria del Año a una persona dedicada, apasionada y con las condiciones requeridas para la conducción de un centro bibliotecario del país. Este año es la segunda vez que se otorga.
Y en este 2019, se le está dedicando a una mujer que ha ofrendado la mayor parte de su vida a servir a los demás, primero en las luchas por las libertades contra la tiranía, por el restablecimiento de la democracia y la soberanía nacional perdida en 1965, y después entregando lo mejor de su esfuerzo, de su temple y de su espíritu como gestora cultural y al fomento de la lectura en la legendaria Puerto Plata, a través de la Sociedad Cultural Renovación y su emblemática biblioteca pública. Nos referimos a la Sra. Lillian Josefina Russo de Cueto.
Este año el reconocimiento ha recaído en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, entre las cuales la casi centenaria Sociedad Renovación, gestionada por Lillian Russo de Cueto ,siendo de las más desarrolladas, con liderazgo regional.
El año pasado, el reconocimiento le fue otorgado a la bibliotecóloga Miriam Michel, entonces directora de la biblioteca de UNIBE, respetada profesionalmente y apreciada como ser humano. Lamentablemente, ya no está entre nosotros.
Desde que se creó la Red Piloto de Bibliotecas Públicas, en julio de 2010, la de Puerto Plata fue de las primeras. Entonces eran 11, hoy suman 32. Y forman parte de las Metas Presidenciales en el área de bibliotecas.
Lillian y su equipo no sólo han gestionado y capacitado su personal para ofrecer un servicio de calidad a sus usuarios, de los niveles escolar y adulto, entre los que figura el universitario; a ello se agregan el prestigioso concurso literario y los talleres de creación literaria, y sus publicaciones.
En lo fundamental, su accionar se inserta en el canon expuesto por Ifla-Unesco, en su Manifiesto de 1994 sobre las bibliotecas públicas. Es una síntesis adaptada al tiempo de la tecnología, partiendo del Manifiesto Unesco de 1949 y del Ifla-Unesco 1972: “Entre los asuntos a destacar, sostiene las intenciones de influenciar a la comunidad en general y la comunidad profesional, y adiciona la pretensión de influir en todos aquellos responsables de la toma de decisiones y a las autoridades políticas locales y nacionales. A su vez, incorpora temas cruciales: la atención a los grupos minoritarios, las tecnologías, la información comunitaria, el peligro de las censuras y las presiones comerciales sobre los fondos y los servicios, entre otros.(…). ”
No es casual que Renovación, que el próximo 7 de mayo cumplirá 91 años, sea un modelo de gestión como biblioteca y sociedad cultural. Hereda lo mejor de los tiempos de esplendor de la Novia del Atlántico. Llegó a convertirse en la capital económica y cultural del país en los años 70 y principios de los 80 del siglo XIX, especialmente tras la llegada de Eugenio María de Hostos.
Los bibliotecarios y demás profesionales de la información, la informática y la comunicación son protagonistas principales de esta época nueva de la Humanidad, de la cuarta revolución industrial. Con humildad, debemos crear conciencia de ese valor.
Y termino con las palabras del poeta-mártir Federico García Lorca, cuando inauguró en 1931 la biblioteca pública de su pueblo, Fuente Vaqueros, la primera seguramente en toda la provincia de Granada: “No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales, que es lo que los pueblos piden a gritos.”
Enhorabuena, querida Lillian.